Pilar Llop fue expulsada del Poder Judicial por su extremismo en la defensa de las exigencias de Género
Pilar Llop acaba de ser designada ministra de Justicia. Llega al cargo justo cuando se impulsan nuevas leyes en defensa de los postulados de género que defiende Podemos: la ley del ‘sólo sí es sí’ y la Ley Trans. Ella estará cómoda con unos planteamientos que han dividido al propio PSOE por su sectarismo. Pero lo estará porque su paso por el Poder Judicial se truncó precisamente por sus planteamientos radicales en defensa del feminismo. La renovación del Poder Judicial en 2013, tras la llegada de los ‘populares’ al Gobierno, desembocó en la expulsión de algunos cargos. Ella era letrada desde el 2011 por petición del ala cercana a los socialistas. Y salió tras la renovación por su extremismo en defensa de la reeducación de los jueces en materia de género.
Pilar Llop no es desconocida en la carrera judicial. Empezó en 1999 en el juzgado penal número 1 de Mataró. Su carrera fue rápida y desde 2001 ocupó plaza como jueza de instrucción, donde rápidamente mostró su prioridad por los asuntos de violencia de género. Logró el ascenso a magistrada en 2004 y en 2009 logró plaza ya en un juzgado especializado en violencia de género.
De hecho, desde esa fecha -2004- empezó a formarse ella misma en la especialidad de forma oficial por medio de cursos organizados por el Consejo General del Poder Judicial en violencia de género.
Pero su salto cualitativo llegó en 2011, cuando entró como letrada del Gabinete Técnico del Consejo General del Poder Judicial, con responsabilidad directa en la jefatura de la Sección Observatorio Violencia Doméstica y de Género. Allí ejerció hasta 2015. Y, tras su salida, siguió su especialidad hasta incorporarse a la política en el juzgado de violencia de género número 5 de Madrid.
Postulados extremistas
Pero esa salida del Poder Judicial no fue pacífica. Los postulados extremistas de Pilar Llop en materia de reeducación de los jueces para implantar sus tesis en materia de género dispararon la tensión hasta el punto de que su cargo se renovó con el cambio de vocales del año 2013. Tras el cambio de Poder Judicial y su implantación, los roces por los postulados ultrafeministas llevaron a su sustitución como letrada y su salida del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
En 2015 Llop mostraba su clara orientación política. Ese año saltó al campo político como candidata a diputada autonómica por el PSOE madrileño. Su plaza: el número 8 de la lista del PSOE para las elecciones a la Asamblea de Madrid de 2015 que encabezaba ya por aquel momento Ángel Gabilondo. Llop, de hecho, logró su escaño y se estrenó por todo lo alto. Fue portavoz de la Comisión de Justicia y de la Comisión de Estatuto de Autonomía, Reglamento y Estatuto del Diputado. Además su auge le llevó a ser seleccionada como miembro de la Diputación Permanente.
En abril de 2016 se anunció su candidatura como número dos de la lista del PSOE por Madrid que encabezaba Pedro Sánchez. Su nombre debía pasar, así, a sustituir al de Meritxell Batet, destinada a la lista por Barcelona. Pese a ello, el puesto fue, al final, para Margarita Robles.
Su auge político ha ido de la mano de Pedro Sánchez: en julio de 2018 fue designada Delegada del Gobierno para la Violencia de Género y en julio de 2019, tras las elecciones a la Asamblea de Madrid de 2019, fue elegida senadora autonómica. Su último ascenso la llevó a ser elegida presidenta de la Cámara Alta y, ahora, por fin, ministra de Justicia.
Una carrera meteórica centrada en la violencia de género y en el PSOE. Y en las exigencias feministas más extremas y ahora más en auge en la izquierda: las que defiende Podemos y han costado una profunda división interna en el seno del propio PSOE.